Por Paulo C. Cárdenas Macher Paulo C. Cárdenas Macher

Portadas Enigmáticas que me Llevaron a Gran Música

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Existen portadas buenas, existen portadas malas. Eso es innegable. Es, digamos, un criterio de selección que uno aplica al mundo de la música, más allá de la musica en sí. Es algo estrictamente gráfico, que al melómano, fiel en su devoción sonora, por extensión también le apasiona. Pero también existen las portadas intrigantes, aquellas que te roban la atención unos segundos, ya sea en la tienda de discos o en una lista en internet. Pero lo realmente trascendente es cuando estas portadas no solo llaman la atención, sino terminan funcionando como verdaderos portales a otras dimensiones sónicas. En esta edición me dedicaré a realizar un pequeño trabajo numeral, de evidente corte subjetivo, de aquellas «portadas portales» que no solo ampliaron mis conocimientos musicales, sino los transformaron en mayor o menor medida.


 

1. F♯A♯∞ (1997-1998) | GY!BE (Godspeed You! Black Emperor)

F♯A♯∞ GYBE 1997

La historia detrás de esta portada es altamente artesanal: las fundas de los 500 primeros discos originales fueron hechos a mano, por los integrantes de GY!BE, su sello y artistas de montreal (ciudad originaria de GY!BE). Se sabe que pegaron a mano todas las portadas, entre las cuales habian 3 fotos: la de una torre de agua, un tren, y ésta, la del «road sign». Lo único que se sabe de la foto, es que es una versión alargada y oscurecida de una foto original (la cual se puede apreciar como versión alterna en internet). Otro dato curioso acerca de este álbum, es que sirvió de inspiración, tanto musical como estéticamente hablando, para la película de «28 Days Later», del británico Danny Boyle. Según el mismo, trató de recrear en su pelicula post-apocalíptica de zombies las complejas y densas atmósferas que las melodias del álbum le iban inspirando. Definitivamente los de GY!BE saben hacer portadas enigmáticas, y sobretodo, portadas que acompañan a la perfección la música que llevan dentro.


 

2. Welcome to Sky Valley (1994) | Kyuss

Welcome to sky valley - Kyuss 1994

Ves la portada y sabes que algo, aparte de enigmático, puede tener. Si, puede ser la portada de un álbum que puede marcar un hito. Y cuando la música por fin llega, no defrauda, sino realza el carácter épico del álbum. Es, como dice el guitarrista Josh Homme (actual Queens of the Stone Age), un álbum para «escuchar sin distracciones de principio a fin», cual ritual. Y cuando ves la portada, la música tiene aún más sentido. El desierto es el escenario perfecto. El entrar en el «Sky Valley», sin conocerlo, en un muscle car, a toda velocidad, al ritmo de «Gardenia», el primer track, deja todo aire de condenado cliché de lado y se vuelve una necesidad, la iniciación ideal del rito. Defintivamente este álbum y su portada son una piedra quintaescencial en, no solo el stoner rock, sino en el rock en general.


 

3. Hex (1994) | Bark Psychosis

Hex - Bark Psychosis 1994

Ahora nos toca alejarnos de los riffs pesados «glaciáticos» (permitiendo el neologismo), de Kyuss, y adentrarnos de vuelta en el so llamado mundo del post-rock (El de GY!BE también). Esta vez, de la mano de Bark Psychosis, banda, que dicho sea de paso, se encuentra entre los pioneros de dicho género, con éste álbum: «Hex». ¿Y la portada? Un paisaje del cual emana algo entre pastoral, bucólico, y al mismo tiempo lo lúgubre de las periferias de una metrópoli, sus cables y estructuras silentes; ese punto en el cual el campo y la ciudad se comienzan a desvanecer al mismo tiempo. Un álbum con tintes ambient, «nocturnal ambient», diría, que envuelve estructuras complejas de bajo perfil, cual cool o smooth jazz en su fase más downtempo; minimalismo, psicodelia, sampling; una escena nocturna, luces de una fábrica, postes de luces al linde de cualquier camino. Rock después del rock.


 

4. Haunt Me, Haunt Me, Do it Again (2001) | Tim Hecker

Haunt me do it again - Tim Hecker 2001

Éste album pertenece, en parte, a un género bastante interesante llamado glitch, música que usa el mal funcionamiento de la tecnología digital como técnica principal de composición (scratchs en cd’s, bugs, crashes, ruidos de hardware, etc). Lo sorprendente es la manera como incorpora estas anomalias, y sobre todo de una manera tan efectiva dentro de un ambient tan evocativo, melancólico, misterioso, singular. Y la portada definitivamente refleja eso. Aquello que está por encima, aquella área etérea tan próxima que parece ser parte del día a día, y que en el ajetreo del día no percibimos, en la cual se desarrolla esta hermosa confluencia de sonidos, sonidos perdidos, que de distantes lugares han ido a parar ahi. Como si antes de caer en la completa cacofonía, dan un último destello de singular belleza. El nombre lo dice todo: «Embrújame, Embrújame, Hazlo de Nuevo«.


 

5. The Dance of Death & Other Plantation Favorites (1965) | John Fahey

John Fahey - The Dance Of Death 1968

Para finalizar, tenemos esta portada de uno de los artistas más singulares del folk norteamericano de mediados del siglo XX. La imagen original del cover, que data de la fecha de su publicación, en el año 65′, era bastante simple, solo letras ante un fondo blanco. Esta portada corresponde al segundo lanzamiento del álbum, en el 68′. La portada transmite algo entre medieval y bizarro, la mujer campesina, con expresión de disgusto, yendo por el campo al compás de una muy efusiva calavera, la muerte, la cual aún ostentando algo de carne, parece caminar y bailar muy a gusto con las entrañas al aire. Y cuando llegan las primeras melodías del primer track, «Wine & Roses», este singular fingerpicking en cuerdas de acero tan propio del blues, pero así mismo alzando vuelo en el folk, entendemos que es lo que hace bailar a esta calavera. Estas armonías tan peculiares, que tienen aventuras amorosas fugaces con la disonancia, con tonos menores. Con tintes avant garde, neo-clásicos, si, y demases títulos que nos gusta poner. El mismo Fahey autodenominó a su estilo, «American Primitivism», Primitivismo Americano, en honor a ese estilo tan contestatario de la pintura, defendiendo lo propio, el back to basics, lo naif. Como esta peculiar muerte con su incómoda acompañante, en medio de esta plantación, yendo a su propio ritmo y melodía, solo importándole pasarla bien.


 

Evidentemente, producto de la naturaleza de la memoria, he dejado algunos de lado, pero dentro de la imperante y reiterante subjetividad, estos son los que más saltaron dentro de mi recuerdo.  Y entiendo el porqué, y es justamente aquello que he dejado más que en claro: La alta complicidad audio-visual, literalmente; ese factor de suma, que definitivamente se transforma en algo sinergético. Y es justo eso lo que realza lo más condenadamente genial de la música, y de cualquier arte en general: ese algo entre lo misterioso y bien hecho.

 

P.C.C.M.

Paulo C. Cárdenas Macher

Redactor de paso en Pentagramario. Nacido el 17 de febrero de 1989. Vuelto a nacer varias veces después. http://about.me/pccmacher

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