Después de un año -casi- y tras mil peripecias, reaparezco por estos lares para revisar el debut independiente del Chino Burga. Comentar, cual mal chiste, que el último post que publiqué en este blog fue una reseña al último álbum de Culto al Qondor, proyecto al que -paradójicamente- pertenece Burga. Y es con el Chino, con quien reactivo -hasta quién sabe cuándo, ya me conocen- Pentagramario.
Bueno, a lo que vinimos. Chino Burga debuta como solista -en sus propias palabras, pese a que tiene más recorrido que bus interprovincial, en términos musicales- con «Letanías», un LP instrumental dividido en dos movimientos -cual música clásica- que se pueden resumir como ambient/drone a lo Stars of the Lid con la densidad de Lustmord, como mencioné con respecto a un tema de Culto al Qondor, coincidentemente (no me acusen de reciclar mis comentarios). Según cuenta Burga, es un disco grabado en casa durante la cuarentena por medio de un par de celulares y mezclado por WhatsApp.
Ahora viene lo más interesante, el momento de la música más allá de la música. Burga declara -y lo cito textualmente cual desvergonzado-: El disco consta de dos movimientos, o Letanías al Espacio y al Tiempo, afinados y tocados en Do menor, por lo que vibran a 396Hz, lo cual hace que tenga propiedades sanadoras y de liberación del chakra raíz.
Y tú te preguntarás, evidentemente, dos cosas:
- ¿Qué son letanías?
- ¿396Hz, qué hay con esos hercios?
Y yo te responderé ¿y a mí que me preguntas eso? Así que, intrigado, igual que tú -pero más por lo segundo que por lo primero, dados mis conocimientos en temas judeocristianos– me fui a investigar por el mundo virtual y encontré interesantes respuestas -más para lo segundo que para lo primero.
Definamos pues primero, qué es una letanía: una letanía es una oración dialogada compuesta por una serie de súplicas o invocaciones breves a Dios o a los santos que una persona recita o canta y que las demás personas que participan en la oración repiten o contestan.
Ahora, las letanías del Chino son, evidentemente, una alegoría -y acá vengo con el axioma- sobre la propia música, cual rezo a un Dios -o Dioses- representado -o representados- en el Espacio y el Tiempo; entes tan invisibles e intangibles como ciertos.
Pues bien, resuelto el primer enigma, nos toca resolver el restante.
¿Qué onda con las ondas?
Burga nos viene con una interesante declaración, respecto a que los dos movimientos de sus Letanías están afinados y tocados en Do menor, haciendo que estos vibren a exactamente 396Hz, lo que les da propiedades sanadoras. ¿What the hell are you talking about?.
Rebuscando por la red, encontré interesante información que resumiré para que usted, querido lector, no deba gastar sus dedos cliqueando a través de Internet.
Básicamente se trata de las frecuencias Solfeggio, frecuencias usadas antiguamente en los cantos gregorianos, como en el himno de San Juan Bautista, por ejemplo. Se creía que estos himnos ayudaban a dar bendiciones y potenciar los rituales espirituales. Mucho más tarde, en los años 70, el Dr. Joseph Puleo redescubrió los -en teoría- efectos sanadores de esta escala musical (siendo quien acuñaría el término de Solfeggio). Después de amplias investigaciones, se percató -según indica- que estas frecuencias aparecen codificadas en la Biblia, específicamente en libro de los Números, capitulo 7, versículos 12 al 89. Puleo utilizó -supuestamente- el método pitagórico de reducción numérica para desentrañar los misteriosos siete patrones matemáticos codificados allí, estos patrones son: 396, 417, 528, 639, 741, 852 y 936.
Estas investigaciones fueron publicadas en el libro de Leonard Horowitz «Healing Codes for the Biological Apocalypse«, en 1999, las cuales -hay que decirlo- fueron criticadas por el sonólogo Emmanuel Comte en una serie de artículos, como en «Le diapason 528 Hz est-il un mythe?«, publicado en 2014
Ahora, la frecuencia UT 396 Hz es una frecuencia utilizada para eliminar el campo negativo, lo que significa deshacer el miedo y la culpabilidad. ¿Qué es UT? Es el nombre antiguo de la nota Do, que deriva del inicio del primer verso del himno religioso Ut queant laxis (ajá, sí, el Himno a San Juan del que hablaba unos párrafos atrás), usado por Guido d’Arezzo (992-1050) para nombrar todas las notas musicales.
Volviendo a lo dicho por Burga respecto a la liberación del chakra raíz, los estudiosos del hinduismo indican que si existe un desequilibrio en el muladhara -el chakra raíz-, puedes experimentar trastornos de ansiedad, miedos infundados o pesadillas, que son justamente ese campo negativo que la frecuencia utilizada en «Letanías» -según su autor- elimina.
Ahora tiene sentido todo, ¿no?.
Ahora bien ¿y la música?. Desde un aspecto genérico, no se podría decir mucho, ya que podría reducirse a manifestar que es el loop constante de de una guitarra sonando en Do menor. Es por esa razón que prefiero ver este tema desde un ángulo más personal. Como dije, me trae a la mente pasajes escuchados en la música de Stars of the Lid o Lustmord, esto para dar una referencia conocida, ya que «Letanías» vibra en sí mismo, con autenticidad.
Este LP no es para cualquiera, hay que decirlo, se debe tener un gusto bien desarrollado por la música ambient y doom como para tenerle la paciencia necesaria. A mí me ha fascinado profundamente, ya que junta mi gusto por las guitarras de notas lentas, largas y densas del doom con la atmósfera y sonido del dark ambient. Junto a la perspectiva sanadora, me parece uno de los trabajos más interesantes que se han hecho en nuestro país, y el mundo también ¿por qué no? El simple hecho de querer escribir algo adecuado para «Letanías» me obligó a leer y estudiar más de lo que suelo hacer antes de escribir una reseña o crítica. Creo que de por sí eso da a entender lo enigmático e interesante que me ha resultado este debut en solitario del buen Chino Burga.
La perspectiva de «Letanías» y sus melodías me parecen, además, de lo más acertadas y correspondientes a los tiempos convulsos que corren. Necesitamos romper esa alteración que como raza nos viene amordazando, generando temores y miedos con respecto a ese futuro incierto que se acerca cada día más. Son momentos de buscar paz y de reconectar con el tiempo y el espacio…
Ahora sí, me toca cerrar este escrito. Me iré directamente a escuchar las Letanías al Espacio y al Tiempo, a ver si logro tener una epifanía.
Adieu.
Publicación: 28 de Mayo de 2020
Grabación: en Casa
Estudios: –
Miembros: Chino Burga
Discográfica: Drone Rock Records
Productor(es): Joel Alvarez, Chino Burga
Cover: IrA, John Martin
Ediciones: digital, vinilo
Fuentes:
https://chinoburga.bandcamp.com/album/letanias
https://www.facebook.com/story.php?story_fbid=10160238573361164&id=566661163
https://it.toluna.com/opinions/1965116/LAS-FRECUENCIAS-SOLFEGGIO,-LA-M%C3%9ASICA-SANADORA.
http://destacar.com.ar/VerNoticia?Frecuencias-Solfeggio-ideal-para-las-noches-de-cuarentena&id=237
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