Y con esto no quiero decir que se vaya a modificar el tipo de contenido del blog, que seguirá por su ya marcado camino, sino que más bien dejaré de intentar armar una comunidad de creadores de contenido, para centrarme en generar yo los artículos y textos. No bajo una premisa egocéntrica, sino más bien, apuntando a la falta de compromiso que han mostrado quienes han participado de este proyecto -compromiso que no se puede exigir a voluntarios que no viven de esto. Cosa que afirmo no como reproche o queja, sino simplemente para indicar algo sucedido, ya que se entiende que, si ni siquiera yo me he mantenido constante en esto, menos lo harán terceros. Sobre todo considerando que esta página no es un negocio -ya quisiera!-, por lo que -evidentemente- no genera ingresos, no pudiendo brindar puestos pagados para columnistas o colaboradores ni nada por el estilo, por lo que realmente es difícil comprometerse con el proyecto. Eso sí, en algún punto me gustaría lograr algo así, de corazón (aunque sea de mi propio bolsillo, pero necesito estabilizarme yo primero).
Únicamente quedaremos mi hermano Rafael, como desarrollador -él diseñó esta web y sus anteriores versiones-, María Elena, mi novia, como fotógrafa, y yo, como editor y creador de contenido. Dejaré la tercera persona en nuestros textos, al referirme al blog, y pasaré a hablar más directamente, de tú a tú, intentando generar un contenido más honesto y directo.
Aquí termino con este tema. Espero se mantengan atentos a lo que se viene en Pentagramario, que va a estar bueno.
Editor y creador de Pentagramario. Melómano por convicción. Amante del sci-fi y el prog. Miembro de The Temple of Hiram. Ex estudiante de redacción. Autodidacta, aprendí lo que sé de tres maneras: leyendo, leyendo y leyendo.https://about.me/sjcm94
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