Un álbum sencillo. Poco pretencioso y bastante agradable. Llamarlo rock progresivo a secas sería faltar a la verdad un poco, ya que «Rattle That Lock» contempla una mixtura más crossover (exceptuando el intro), donde el pop y el jazz se pasean a gusto dentro de ese contenedor rock que nos da el disco en general. Si quisiéramos llevarlo al reduccionismo, propondría llamarlo más bien un pop rock excelentemente adornado.
Pero Gosh!, este es un álbum que realmente se disfruta.
Y esto es bueno, ya que en general gran parte del público estaba un poco asustado de encontrarse con un nuevo «The Endless River» (que para la mayoría de escuchas, no para mí, ese disco fue la peor manera de despedirse de Pink Floyd). Yo incluso tenía mis temores… pero Gilmour ha sabido responder, trayéndonos de vuelta muchos guiños al Pink Floyd que siempre estuvo en nuestros corazones, más allá de su guitarra dramática y sus solos lentos y abrazados del delay.
No es un álbum de estilo non-stop o de canciones de larga duración, si bien están basados en «El Paraíso Perdido» de Milton (Polly Samson, esposa de Gilmour y escritora de la mayor parte de las letras de este álbum, es gran fanática de la popular obra del poeta), sino más bien viene a ser una conjunción de sencillos con melodías independientes los unos de los otros.
Dentro de los 10 temas que componen «Rattle That Rock» yo me quedó con «5 A.M», que vendría a ser el intro del disco. Supongo que es debido a que esta es la pieza que más trae recuerdos de la vieja época de Pink Floyd (los 70’s)
No hay mucho qué decir la verdad. Salvo nombrar pequeños detalles, como la presencia de la guitarra de Bob Klose en el tema «The Girl in the Yellow Dress», pieza de jazz no tan convincente pero que tiene su algo.
«Rattle That Rock» es un disco que a quien es de mi generación, le marcará el poder decir «yo también estuve presente cuando David Gilmour seguía haciendo música.
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