Por Santiago Cárdenas M. Santiago Cárdenas M.

The Dead-End Alley Band: Storms

. Destacado, Lanzamientos, Reseñas, Rock.

Es hasta grosero, a estas alturas, presentar -sobre todo en este blog- a The Dead-End Alley Band. En caso -mal por ti, si es así- no los conozcas, te dejo algunos links dentro de esta web, para que te empapes un poco con lo que ha venido presentando DEAB:

https://goo.gl/HPTiXD

https://goo.gl/e9sbz8

https://goo.gl/nw9dnq

https://goo.gl/Hi3Afb

Hace ya unas semanas -un par de meses- los mencionados genios lanzaron su tercer larga duración, bajo el título de «Storms». Previo lanzamiento al mismo, este vago que escribe reseñas cada muerte de obispo, estuvo presente en una presentación a puertas cerradas que se hizo del álbum, de la cual, dejó la siguiente nota escrita:

Si tuviese que definir esta nueva faceta de la banda -que empieza a sonar independiente a aquella esencia original de tributo a James Douglas Morrison y compañía- en una palabra, esta sería «madurez». Para dar una breve explicación de porqué expreso esto, me -conchudamente- citaré a mí mismo con algo que escribí en el artículo linkeado allá arriba -puta, qué holgazán-:

«DEAB -siglas de la banda- venía trabajando un sonido retro en sus dos trabajos previos, como una especie de tributo al rock psicodélico clásico, de entre los 60s y 70s (The Doors?), y algo enmarcado en ese camino esperábamos en su nuevo material. Pero todo lo contrario, esta vez nos enfrentamos a un disco que confronta la propia historia de la banda y a los álbumes que le precedieron, con un sonido propio y nunca antes escuchado en ellos. Fresco, desafiante, diferente y, sobre todo, actual.» 

Efectivamente, DEAB se saca la vuelta consigo mismo, se reinventa y nos lanza en la cara este pesado disco, «Storms», al que divido en dos partes -cual lados A y B-. ¿WHY?, porque siento que va in crescendo. Los tres primeros temas («Red Woman», «Headstone Fortress», «Need You (It’s Enough)») no logran conectar conmigo, cosa que sí hacen los tres temas finales («Thunderbolts & Lace», «The Clock Has Stopped», «Waiting for the Void»). Habiéndolos escuchado ya varias veces, me refiero a los tres primeros, los sigo sintiendo repetitivos y hasta cierto punto, algo monótonos, salvo por chispazos y momentos de genialidad auténtica.

De este «lado A», «Headstone Fortress» es el que menos me convence, siento que se pudo haber sintetizado más, convertido en un tema más corto, pero más sólido, no tan disperso.

Lo mismo aplica para con «Red Woman», pese a su brutal y pendejamente hermoso intro y exquisito cierre, yo recortaría los cuatro primeros minutos a, máximo, tres. Y, en caso hubiese querido mantener esos más de siete minutos que dura, habría apelado al pinkfloydismo que posee el tema e incluido más momentos de experimentación space rock, alargando la parte introductoria de «Red Woman» y reduciendo la zona cantada, cuyos -para mí- riffs, llegan a ser algo aburridos. Creo que «Red Woman», incluso, podría haber sido un excelso tema instrumental.

Estos dos temas, para hacer un paréntesis, son una perfecta muestra del oscurecimiento del blues a través de la psicodelia. Atrapan en sus entrañas rezagos de aquel Pink Floyd más descarnado, crudo y sucio. Aterrorizan. Y, pese a mi «negativa» crítica líneas previas, no dejo de admitir que la banda ha creado una atmósfera densa que envuelve por completo su «Storms». Atmósfera que está muy bien lograda, te convence, cual la trama de una película de esas que, de arranque puede que te deje algunas dudas, pero que no deja de atraparte con esa sensación de que algo impresionante se acerca.

Nuevamente repetitivo y más flojo que sus dos primeros hermanos, «Need You (It’s Enough)» presenta su mayor solidez en el solo de guitarra. Es un tema interesante, pero que se pudo haber desarrollado más.

Nuestro «lado B», la triada que cierra este «Storms», es ese «algo impresionante«. «Thunderbolts & Lace» es para mí, el soundtrack perfecto si hiciese una película clase B de humor negro, lo colocaría en la escena -me lo imagino en este instante- de un baile orgiástico en medio del infierno, a lo party hard en medio de un aquelarre. Esa psicodelia movida que comparte momentos con un surf-rock que bailotea entre saludos al punk más cochino, incluso, hasta cierto punto, me recuerda a los griegos de Aphrodite’s Child.

«The Clock Has Stopped» empieza como una balada psicodélica, con un saborcito a la nueva ola, para luego fundirse en puro y duro rock progresivo. No me jodan, la segunda mitad del tema parece salido del «Ocean» de Eloy. El órgano, el bajo, todo me recuerda a ese excelso disco de los germanos. Es una brutal obra de arte, en toda regla, te mece y adormece al principio, para luego sacudirte violentamente a punta de prog setentero.

En tu cara, sí, en toda tu cara.

El cierre se da con «Waiting for the Void» -hello, Black Sabbath-, un tema vandergraafciano, donde el sonido andino de los vientos y los arreglos ciertamente tribales, se confunden con aquel Popol Vuh que acompañó a Herzog en su inmortal «Aguirre». Es una obra de arte, es el pináculo absoluto -por ahora y en mi humilde opinión- de la música de The Dead-End Alley Band. Siendo el tema que más dura, es el que se te hace más corto, porque te intriga, te envuelve y atrapa en sus redes psico-progresivas, te sumerge en su aroma, similar al Pink Floyd de «The Dark Side of the Moon».

Y, volviendo a mis conchudas auto-citaciones, puedo decir que -como en mi artículo previo-: «Storms» desprende diferentes sentimientos, nos lleva de una sensación tétrica, lúgubre, pesada y de terror -cual soundtrack de alguna película de cine negro- hacia algo más movido, pero a la misma vez, misterioso. Experimenta, juguetea con nuevos sonidos, nos pasea entre riffs de blues, con sabores cercanos al surf-rock, para luego atacarnos con un acercamiento al punk más sucio para, nuevamente, alejarnos y llevarnos hacia un rock psicodélico y progresivo. Junta matices que van desde lo más clásico, a lo experimental y atmosférico. Sabe utilizar muy bien los cambios de tempo, pasando de algo clásico a un lado más bien heavy.

AMÉN.

Hay que mencionar el hecho de que «Storms» viene en ediciones diversas, empezando con la digital de South American Sludge Records (Argentina), pasando por 2 ediciones en CD, una de Necio Records/Inti Records (Perú) y otra de Forbidden Place Records (USA), y terminando con una deseada edición en vinilo gracias a Clostridium Records (Alemania), tras el quiebre con Nasoni Records, quienes llevaron a cabo este trabajo en los dos discos previos de la banda.

PD: debo mencionar algo antes de irme, y es que existió una portada previa a la que hoy conocemos, que se mostró -hace tiempo ya, evidentemente- en La Habitación 235, y que me gustaba más que la original actual. Desconozco o no recuerdo -creo que esto segundo es más certero- la razón de no utilizar este artwork previo. Comparto con ustedes el link para que puedan darle una mirada:

https://goo.gl/Qs6Ve8 


Publicación: 18 de Agosto de 2017
Grabación: Zairam Records
Estudios: –
Miembros: Javier Kou, Sebastian Sanchez-Botta, Leonardo Alva, Jafer Diaz
Discográfica: Necio Records, Inti Records, Clostridium Records, Forbidden Place Records
Productor(es): DEAB
Cover: –
Ediciones: digital, CD, vinilo

Santiago Cárdenas M.

Editor y creador de Pentagramario. Melómano por convicción. Amante del sci-fi y el prog. Miembro de The Temple of Hiram. Ex estudiante de redacción. Autodidacta, aprendí lo que sé de tres maneras: leyendo, leyendo y leyendo. https://about.me/sjcm94

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