Kavinsky: OutRun. ¿Ópera electrónica?

Cuando uno en la actualidad piensa música en electrónica, puede empezar por pensar en Francia, país de origen de exponentes como Daft Punk o Justice, dúos que hacen gran mérito al género de los sintetizadores. Pero de la tierra de la torre Eiffel sale también otro magnifico exponente de la música electrónica, y es Kavinsky.

Y Kavinsky representa y es cabeza, para mí, de aquellos que hacen música que sienta sus bases y reviven aquellas melodías típicas de los soundtracks electro-pop ochenteros, sea de películas o de videojuegos, los famosos 8-bit. Ese house vintage, donde no son ya esporádicos saludos a lo ochentero de cuando en vez, sino toda una producción que te traslada a aquella época, que para muchos es la mejor época que tuvo la música pop.

Este artista empezó su carrera en 2005, y estuvo a lo largo de un tiempo lanzando singles y EP’s («Teddy Boy» en 2006, «1986» en 2007 y «Blazer» en 2008), donde la electrónica pop gobernaba a sus anchas… y luego llegaba «Nightcall» en 2010, mini álbum que contenía lo que es hasta hoy, el single (homónimo) más conocido del francés.

Y es que «Nightcall» formó parte del BSO de la película «Drive», con Ryan Gosling haciendo de uno de los antihéroes más geniales que he visto, donde la canción, con vocales de Lovefoxxx, la clavaba al 100% dentro del argumento expuesto en el filme. Y es con esta película, que Kavinsky obtiene más realce dentro de los círculos más comerciales (pese a que la película no ha recibido los honores ni la exposición que realmente merece).

Pero ya en 2013, y luego de tanto arte suelto por ahí, lanza «OutRun», un álbum que a primera impresión pecaría de recopilatorio, pero que termina no siéndolo, ya que si bien conjuga temas que habían salido con anterioridad, conforman una obra conceptual muy bien hilada, con una interesante historia cienciaficcionera detrás y una estética que enamora. ¿Una ópera electrónica? why not!?

«OutRun» nos narra la historia de un joven que en el año 1986 estrella su Ferrari Testarossa  y que termina reapareciendo en 2006 como un zombi que produce música electrónica. Una premisa bastante loca ¿no? Y así es… las canciones y sus letras (las que la tienen claro, ya que hay una gran cantidad de instrumentales), nos llevan por amores tristes y vehículos que queman caucho cual protestantes en plena carretera… velocidad, velocidad…

«OutRun» toma su nombre del conocido videojuego de carreras programado en 1986 por Yu Suzuki y Sega-AM2 para máquinas recreativas, donde el Ferrari Testarossa es uno de los vehículos que conduces a lo largo del juego.

The year was 1986
He was a teenager like any other
Dreaming of his heroes and in love with a girl
But on a thunderous night along a ragged coast
A mysterious red car came to him
Its power lighting his eyes blood-red

In a flash all was lost in the hellfire of twisted metal
When our hero emerged from the burning wreckage
He and the car had become one, their souls spliced forever
Leaving him to wonder the night alone

«OutRun» es un imperdible, para los amantes del revival ochentero y aquellos que gustan de la electrónica en su expresión máxima, que le da un gustillo incluso a los seguidores del anime Dragon Ball Z, con un tema que más es un remix de una de esas melodías clásicas de la serie, esas melodías que musicalizaban las peleas y momentos de tensión. «Rampage» se llama la maravilla, y sin que sea yo fan de la serie, es de mis favoritas del disco. Otra guiñadita que suelta es al hip-hop, y es que el tema «Suburbia» tiene la compañía del rapero Havoc.

Hay una cosa que yo siempre recalco, y es respecto a la producción. Dime qué productor tienes y te diré quién eres. Y los productores en este caso (fuera del propio Kavinsky) fueron el DJ SebastiAn y Guy-Manuel de Homem-Christo, sí, la mitad de Daft Punk, quien fue productor únicamente de «Nightcall», y se nota la manito…

Y es por eso y otras cosas más, es que debes escuchar a este artista del french-house si eres un verdadero seguidor del género, o si simplemente te gusta la buena música y revivir las décadas pasadas…