Me va a ser difícil tomar una posición respecto a este álbum. Me ha dejado sensaciones extrañas. Y ya dejando que el tiempo mengüe las reacciones iniciales, luego de toda la reacción general desencadenada luego del lanzamiento de «The Endless River», y tras controlar mi comentario inicial frente a los críticos y comentaristas musicales de «váyanse a la con…de…su…má», me siento frente a mi computadora a analizar lo que pocas y muchas respuestas deja.
Un rock progresivo completamente ambient. Un disco del cual sólo una canción puede escucharse individualmente («Louder Than Words»). Un álbum que tiene su propia personalidad, pero que a la vez, como sonido, agrupa mucho de álbumes anteriores… «The Endless River», es, y no es, un disco que representa al Pink Floyd de toda la vida.
Lo he escuchado bastante, detenidamente, varias veces… y creo que tengo todo el derecho a dar una opinión.
Ambient, rock… rock progresivo. Centrado en los teclados de Wright, este no es un álbum que se pueda juzgar tema por tema, a mi parecer, salvo «Louder Than Words», como single del disco y único tema cantado también, sino que debe tomarse como un único bloque, pese a estar separado como sonido en sus cuatro partes, ya que sigue una misma estructura durante el álbum.
Muchos han dicho y dicen que es sólo una jugada comercial por puras ganas de sacar más dinero del nombre Pink Floyd. Otros, afirman que es la peor despedida para algo tan grandioso como lo fue Pink Floyd… algunos más, que es sólo un junta y pega de sesiones que para Rick fueron deshechos… yo respondo, ¿y eso qué?.
Para alguien de mi generación, que ni imaginábamos que algo bajo el sello Pink Floyd saldría a tomar vida durante nuestros años de existencia… que creíamos que Pink Floyd no sería más que un anhelo del pasado… nos sentimos contentos, porque si bien es material antiguo, mezclado con arreglos compuestos hoy, ya que para nosotros… o al menos para mí, es como si se alzara frente mío una enorme torre blanca de entre lo que fueron los escombros de un viejo elefante gris. Un canto del cisne.
Tiene algo de «Echoes», de «Shine on You Crazy Diamond», un sabor al «Dark Side…», una envoltura de campana dividida. «The Endless River» es un álbum que nos reclama paciencia, serenidad e hígado. Hígado porque es muy complicado de escuchar, creo, ya que el género que parece predominar sus paredes es el ambient… un género poco querido por el público común y corriente, ya que demanda mucho cerebro para poder escucharlo.
A mí me ha gustado, y mucho más allá de eso, va a ser un gusto para mí poder contarle a mis hijos que viví el año en que salió a la luz el último suspiro del más grande del prog…
Eso es todo… escúchenlo ustedes… tomen las cosas como vienen.
Valoración del Álbum:
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